FÁBULA " LA ARDILLA Y EL BÚHO SABIO"

 La Ardilla y el Búho Sabio

En un frondoso bosque, vivía una ardilla que siempre estaba corriendo de un lado a otro, recolectando nueces y guardándolas para el invierno. Era rápida y eficiente, pero nunca se detenía a descansar o a disfrutar del día. Cerca de allí, en un árbol viejo y alto, vivía un búho sabio que observaba todo lo que sucedía en el bosque.

Un día, mientras la ardilla corría de un árbol a otro, el búho decidió hablar con ella.

—Ardilla, te veo trabajar sin descanso todos los días— dijo el búho con voz tranquila. —Pero, ¿alguna vez te detienes a disfrutar del sol, del viento en los árboles, o de los momentos tranquilos?

La ardilla, que estaba apurada, respondió: —No tengo tiempo para eso, Búho. Si no recolecto suficientes nueces ahora, cuando llegue el invierno, no tendré nada para comer.

El búho asintió y, con paciencia, le dijo: —Es admirable que pienses en el futuro, pero también es importante vivir el presente. Si no te tomas un momento para disfrutar del hoy, tu esfuerzo será en vano. La vida no se trata solo de trabajar.

La ardilla, algo desconcertada, no le dio mucha importancia a las palabras del búho y continuó con su labor. Pero al cabo de unos días, agotada por el trabajo constante, se dio cuenta de que estaba tan cansada que ya no podía correr tan rápido como antes. Se sentía débil y fatigada, y empezó a temer que no llegaría a completar su recolección.

Recordando las palabras del búho, la ardilla decidió tomar un descanso. Se subió a una rama alta, se tumbó y observó el cielo. Sintió el calor del sol, la brisa fresca y el suave balanceo de los árboles. Por primera vez en mucho tiempo, se permitió disfrutar del momento.

Al día siguiente, con energías renovadas, la ardilla continuó su trabajo, pero esta vez, se tomaba pequeños descansos para disfrutar del bosque. Así, no solo logró reunir suficientes nueces, sino que también aprendió a encontrar equilibrio entre el trabajo y el disfrute de la vida.

El búho, al ver esto desde lo alto, sonrió, sabiendo que la ardilla había comprendido su lección.

Moraleja: Es importante trabajar para el futuro, pero también es esencial disfrutar del presente. El equilibrio entre ambos es la clave para una vida plena y feliz.