FÁBULA " EL PAVO REAL Y EL CUERVO"

 El Pavo Real y el Cuervo

Había una vez un pavo real que vivía en un hermoso jardín, rodeado de flores y árboles. Sus plumas eran de colores vibrantes, y todos los animales lo admiraban por su belleza. El pavo real, sabiendo lo hermoso que era, se paseaba con orgullo, mostrando sus brillantes plumas a quien quisiera verlas.

Un día, un cuervo negro y simple se posó en una rama cercana y observó cómo el pavo real presumía su plumaje. El cuervo, que no tenía plumas coloridas ni atención de los demás animales, suspiró y pensó: "Ojalá tuviera plumas tan hermosas como las del pavo real. Entonces, todos me admirarían."

El cuervo, sintiéndose triste por su apariencia, voló hasta un rincón del jardín, donde nadie pudiera verlo. Allí encontró algunas plumas caídas del pavo real. Con gran esfuerzo, comenzó a pegarlas a su propio plumaje, intentando parecerse al pavo real.

Cuando terminó, el cuervo se miró en el reflejo del estanque. Aunque algunas plumas de colores decoraban su cuerpo negro, aún se veía extraño y desordenado. A pesar de ello, decidió regresar con los demás animales para mostrar su "nueva apariencia".

Al llegar, los animales se rieron al ver al cuervo cubierto de plumas ajenas. El pavo real, al verlo, sonrió y le dijo: —Cuervo, esas plumas no te pertenecen. Por más que intentes parecerte a mí, no cambiarán lo que realmente eres.

El cuervo, avergonzado, se quitó las plumas del pavo real y se dio cuenta de que no necesitaba tratar de ser alguien más. Voló de regreso a su rama y, desde entonces, aprendió a aceptar su apariencia.

Con el tiempo, el cuervo comprendió que, aunque no tenía plumas brillantes, poseía cualidades que lo hacían especial, como su inteligencia y su habilidad para volar grandes distancias.

Moraleja: No trates de ser alguien que no eres. Todos tenemos cualidades que nos hacen únicos, y la verdadera belleza está en aceptar y valorar quiénes somos.