FÁBULA " La Cigüeña y el Zorro"

 La Cigüeña y el Zorro

Un día, el zorro, conocido por ser astuto y bromista, decidió invitar a su amiga, la cigüeña, a cenar en su casa. Quería jugarle una broma, así que preparó una sopa muy líquida y la sirvió en platos llanos. Cuando la cigüeña llegó, el zorro, con una sonrisa traviesa, dijo:

—¡Bienvenida, amiga cigüeña! He preparado una deliciosa cena para ti. Por favor, sírvete.

La cigüeña, con su largo pico, intentó tomar la sopa del plato llano, pero no podía. Solo podía mojar un poco la punta de su pico en el líquido, mientras el zorro, con su hocico, lamía la sopa con facilidad y se reía para sí.

—¿Qué pasa, cigüeña?— preguntó el zorro, fingiendo sorpresa. —¿No te gusta mi sopa?

La cigüeña, aunque molesta, mantuvo la calma y sonrió con cortesía. —La sopa está deliciosa, querido zorro, pero quizás mis modales no son tan refinados como los tuyos. Deberías venir a mi casa mañana para que te prepare algo especial como agradecimiento por esta cena tan... peculiar.

Al día siguiente, el zorro llegó a la casa de la cigüeña, esperando disfrutar de una buena comida. La cigüeña lo recibió amablemente y le dijo:

—He preparado un banquete especialmente para ti. Espero que lo disfrutes tanto como yo disfruté tu cena.

La cigüeña trajo una deliciosa comida, pero la sirvió en jarras largas y estrechas, que eran perfectas para su largo pico. El zorro, por más que intentaba meter su hocico en las jarras, no podía alcanzar la comida. Mientras la cigüeña comía con tranquilidad, el zorro, frustrado, se quedó con hambre.

—¿Qué te sucede, zorro?— preguntó la cigüeña con una sonrisa. —¿No te gusta mi comida?

El zorro, avergonzado, comprendió la lección. —He aprendido mi lección— dijo el zorro. —No debería haberme burlado de ti con mi broma. Ahora veo lo que se siente cuando uno no puede disfrutar de la comida que le ofrecen.

La cigüeña, satisfecha con la lección que le había dado, respondió: —Es importante tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran. Solo así podemos disfrutar de una verdadera amistad.

Moraleja: Trata a los demás con respeto y no te burles de ellos, pues el mal que causes podría volver a ti.