El Gato y el Ratón Precavido
El ratón, tentado por el olor delicioso, se detuvo a observar el queso. Sabía que algo no andaba bien. En ese mismo momento, un gato que había estado observándolo desde las sombras se acercó sigilosamente.
—¡Oh, ratoncito!— dijo el gato con voz suave. —Ese queso se ve delicioso, ¿por qué no lo tomas? No hay nada que temer.
El ratón, aunque estaba hambriento, no se dejó engañar por las palabras del gato.
—¿Por qué estás tan interesado en que yo coma el queso?— preguntó el ratón, sospechando de las verdaderas intenciones del gato.
—Solo quiero que disfrutes de un buen festín— respondió el gato, sonriendo con falsedad.
El ratón, siendo inteligente y precavido, dio un paso atrás y respondió: —Prefiero vivir sin queso que caer en una trampa por no pensar.
El gato, al ver que su plan había fracasado, se fue enfadado, mientras el ratón regresaba a su madriguera, seguro y satisfecho de haber seguido su instinto.
Moraleja: No te dejes llevar por la tentación, a veces lo que parece fácil y atractivo puede esconder un peligro.