CUENTO "LA JIRAFA QUE QIERÍA SER BAJA"

 La Jirafa que Quería Ser Baja

En la vasta sabana africana, vivía una joven jirafa llamada Gina. Gina era alta, incluso más alta que las otras jirafas de su manada. Aunque sus largas patas y su largo cuello le permitían alcanzar las hojas más altas de los árboles, Gina no estaba contenta.

—¡Ojalá fuera más baja! —se quejaba Gina—. Todo el mundo me ve desde lejos, y cuando jugamos a escondernos, siempre me encuentran primero.

Sus amigos, los monos, los elefantes y las cebras, intentaban animarla.

—Pero Gina, ¡ser alta es increíble! —le decía Max, un mono travieso—. Puedes ver todo lo que sucede desde lo alto, y siempre nos ayudas a encontrar fruta en los árboles.

Pero Gina no estaba convencida. Quería ser como los demás animales, más pequeña y ágil, para poder correr y esconderse sin que la vieran.

Un día, mientras Gina paseaba por la sabana, conoció a un pequeño suricata llamado Suri. Suri era muy rápido y pequeño, y se deslizaba fácilmente entre los arbustos sin ser visto. Gina lo observó con envidia.

—Desearía ser como tú, Suri —dijo Gina—. Eres tan pequeño y nadie puede encontrarte cuando te escondes.

Suri se rió y miró a Gina.

—¿En serio? ¡Yo daría lo que fuera por ser alto como tú! —dijo Suri—. Cuando llega la estación de las lluvias, el pasto crece tanto que a veces no puedo ver nada. ¡No imaginas cuántas veces me he perdido porque soy demasiado bajo!

Gina se sorprendió al escuchar eso. Nunca había pensado que ser pequeño también podría ser un problema.

—¿De verdad te gustaría ser más alto? —preguntó Gina.

—¡Por supuesto! —dijo Suri—. Si fuera alto como tú, podría ver más allá del pasto y encontrar a mi familia rápidamente.

Esa noche, Gina reflexionó sobre lo que Suri le había dicho. Quizás, en lugar de desear ser más baja, debería apreciar lo que su altura le ofrecía. Al día siguiente, Gina decidió probar algo nuevo. Usó su altura para ayudar a los animales más pequeños, como Suri, guiándolos a través de la sabana y señalando los peligros desde lo alto. Sus amigos se dieron cuenta de lo útil que era tener a Gina a su lado.

Con el tiempo, Gina dejó de desear ser más baja. Comprendió que todos los animales tienen habilidades especiales, y la suya era su increíble altura. Gracias a ella, podía ver más allá del horizonte y proteger a sus amigos.

Y así, Gina se convirtió en la jirafa más feliz de la sabana, sabiendo que su altura no solo la hacía única, sino también importante para los demás.

Fin.

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