FÁBULA " EL LEÓN Y EL DELFÍN"

 La fábula del león y el delfín

En una ocasión, un león poderoso que gobernaba sobre su selva escuchó historias sobre un animal que vivía en el océano y que era tan ágil y fuerte en el agua como él lo era en la tierra. Intrigado por la historia, el león decidió acercarse a la costa y conocer al famoso delfín.

Cuando finalmente se encontraron, el león miró con escepticismo al delfín y dijo:
—He oído que eres rápido y fuerte, pero no puedo imaginar cómo un ser tan suave y pequeño como tú podría compararse conmigo.

El delfín sonrió y respondió:
—Querido león, nuestras fuerzas y habilidades son diferentes. Yo domino el mar, mientras que tú eres el rey de la tierra. En el agua, soy tan rápido como el viento; pero en tierra, no podría competir contigo.

El león, incrédulo, propuso una competencia:
—Veamos quién es más fuerte y veloz. Primero en tierra, y luego en el agua. El que gane, será el más poderoso de los dos.

El delfín aceptó el reto. Primero compitieron en tierra, donde el león, con su poderosa zancada, venció con facilidad. Luego, ambos se sumergieron en el agua. Allí, el delfín se deslizó con gracia y rapidez, dejando al león atrás, quien apenas podía nadar.

Al final de la competencia, el león salió del agua jadeando y agotado, mientras que el delfín permanecía tranquilo y sonriente.

—Ahora entiendes —dijo el delfín—. No hay una sola manera de medir la fuerza o el poder. Cada uno de nosotros tiene habilidades que se adaptan a su entorno. No es necesario competir, sino reconocer las diferencias y aprender a respetarlas.

El león, reflexionando sobre lo sucedido, asintió con sabiduría y dijo:
—Tienes razón. El verdadero poder reside en comprender nuestras propias fortalezas y saber cuándo usarlas.

Moraleja: No todos somos fuertes en lo mismo. Aprender a reconocer y valorar nuestras propias habilidades y las de los demás es una muestra de verdadera sabiduría.