CUENTO PARA NIÑOS " EL GRAN VIAJE DE LILA Y MAX"

 El Gran Viaje de Lila y Max



Había una vez, en un rincón alegre del bosque, una pequeña conejita llamada Lila y su mejor amigo, Max el ratón. Lila y Max vivían en una acogedora casita bajo un gran roble, y cada día se embarcaban en nuevas aventuras.

Un soleado día de primavera, mientras exploraban cerca del río, encontraron un antiguo mapa escondido bajo unas piedras. El mapa mostraba un camino dorado que llevaba a un lugar misterioso llamado “El Jardín de los Sueños”. La curiosidad brilló en sus ojos.

—¡Vamos a buscarlo! —exclamó Lila, saltando de emoción.

—¡Sí, será una gran aventura! —respondió Max, su cola moviéndose como una cuerda.

Prepararon sus mochilas con provisiones: zanahorias para Lila y nueces para Max. Antes de partir, la mamá de Lila les dio un abrazo y les recordó que siempre debían estar atentos a los peligros del bosque.

El primer día, cruzaron un puente de madera sobre un riachuelo cantarín. El segundo día, subieron una colina cubierta de flores silvestres. En el tercer día, encontraron un bosque encantado lleno de árboles que susurraban secretos.

—¡Escucha, Max! —dijo Lila, poniendo atención. —El árbol de la izquierda dice que debemos seguir el sendero que brilla.

Siguiendo el sendero brillante, llegaron a una cueva cubierta de musgo. Dentro, encontraron un dragón pequeñito, con escamas doradas que brillaban como el sol. El dragón, que se llamaba Drako, estaba triste porque había perdido su medalla mágica que podía encender el Jardín de los Sueños.

—No te preocupes, Drako. ¡Vamos a ayudarte a encontrarla! —dijo Lila con determinación.

Juntos, recorrieron el bosque buscando la medalla. Max usó su agudo sentido del olfato para rastrear el camino, mientras que Lila iluminaba el sendero con una linterna mágica que había encontrado en la cueva. Finalmente, encontraron la medalla en un claro cubierto de flores.

Drako, agradecido, les condujo al Jardín de los Sueños. Allí, las flores cantaban, los árboles bailaban y un arco iris brillante iluminaba el cielo. Era el lugar más hermoso que Lila y Max habían visto jamás.

—Gracias por ayudarnos —dijo Drako—. Como recompensa, les daré un pequeño regalo. ¡Cuando vuelvan a casa, siempre tendrán un pedacito del Jardín de los Sueños en sus corazones!

Lila y Max regresaron a casa con la medalla mágica y muchas historias emocionantes. Cada vez que miraban el pequeño recuerdo del jardín, recordaban su gran aventura y a su nuevo amigo, Drako.

Y así, Lila y Max aprendieron que con valentía y amistad, cualquier sueño puede hacerse realidad. Y en cada rincón del bosque, el espíritu del Jardín de los Sueños siempre los acompañaría.

Fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Hola, me gustaría mucho leer lo que piensas