CUENTO INFANTIL EMMA Y SOFIA

 "👧👩Emma y Sofía: Un Equipo Inseparable👭💓"

Emma y Sofía eran dos niñas muy diferentes. Emma era callada y le encantaba leer libros de aventuras, mientras que Sofía era muy extrovertida y siempre quería jugar al aire libre. A pesar de sus diferencias, eran mejores amigas y siempre encontraban la forma de divertirse juntas.

Un día, la maestra anunció un concurso en la escuela: cada equipo debía construir un castillo con materiales reciclados. Emma y Sofía decidieron trabajar juntas.

—Yo puedo dibujar el diseño del castillo —dijo Emma emocionada—. He leído muchos libros sobre castillos antiguos.

—¡Y yo puedo construirlo! —exclamó Sofía—. Me encanta usar mis manos para crear cosas.

Las niñas se pusieron manos a la obra. Emma dibujó torres altas y un gran puente, mientras Sofía recogía cajas, botellas y cartón para darle forma. Al principio, parecía fácil, pero pronto descubrieron que construir un castillo era más complicado de lo que imaginaban.

—Las torres se caen —dijo Sofía preocupada.

—Tal vez necesitamos una base más fuerte —propuso Emma, revisando uno de sus libros.

Juntas, probaron diferentes formas hasta que lograron que el castillo se mantuviera firme. Cuando terminaron, miraron su obra con orgullo: ¡era el castillo más grande y hermoso del concurso!

El día de la presentación, su castillo ganó el premio al diseño más creativo. Emma y Sofía se abrazaron felices, sabiendo que, aunque eran diferentes, juntas eran un equipo perfecto.

Desde entonces, cada vez que enfrentaban un desafío, recordaban que con sus talentos combinados, podían lograr cualquier cosa.

Fin.

CUENTO LA MARIPOSA Y LA ABEJA

 "🦋La Mariposa y la Abeja🦋"

En un jardín lleno de flores de todos los colores vivían Bella, una mariposa de alas brillantes, y Meli, una abeja trabajadora. Aunque ambas volaban entre las flores, eran muy diferentes.

Bella pasaba los días revoloteando libremente, disfrutando del sol y la brisa, mientras que Meli estaba siempre ocupada, recolectando polen para su colmena.

—¡Meli, ven a volar conmigo! —decía Bella—. El viento es tan suave hoy.

—No puedo, Bella —respondía la abeja—. Tengo mucho trabajo, la colmena depende de mí.

Bella no entendía por qué Meli siempre trabajaba tanto y nunca se detenía a disfrutar del jardín.

Un día, una fuerte lluvia sorprendió a Bella. Sus delicadas alas se mojaron y ya no podía volar. Se quedó temblando sobre una hoja, sin saber qué hacer.

Meli, que regresaba al panal, la vio en problemas y sin dudarlo, voló hasta ella.

—¡Sujétate a mi espalda! —dijo Meli.

Con esfuerzo, la abeja llevó a Bella hasta un refugio seco, donde pudo descansar hasta que el sol volviera a brillar.

—Gracias, Meli —dijo Bella—. Nunca imaginé que fueras tan fuerte.

—Cada uno tiene un propósito, Bella —respondió Meli con una sonrisa—. Yo trabajo para mi colmena, pero eso no significa que no pueda ayudar a un amigo.

Desde ese día, Bella comprendió la importancia del trabajo en equipo, y Meli aprendió que también estaba bien tomarse un momento para disfrutar de la belleza del jardín. Juntas, encontraron un equilibrio entre el trabajo y la diversión, y se hicieron grandes amigas.

Fin.