La Liebre y la Tortuga
En un bosque, la liebre, conocida por su velocidad, se burlaba constantemente de la tortuga por su lentitud. “¡Eres tan lenta que nunca llegarías a ningún lado a tiempo!” le decía la liebre riendo. Cansada de las burlas, la tortuga decidió desafiar a la liebre a una carrera.
Sorprendida por la propuesta, la liebre aceptó, segura de su victoria. “Esto será fácil,” pensó la liebre.
El día de la carrera, todos los animales del bosque se reunieron para ver el evento. Cuando la señal de inicio fue dada, la liebre salió disparada, dejando a la tortuga muy atrás. La liebre, confiada en su ventaja, decidió tomar un descanso a mitad de camino, creyendo que tenía tiempo de sobra.
Mientras tanto, la tortuga continuaba avanzando lentamente pero sin detenerse. Paso a paso, con determinación, seguía su camino hacia la meta.
La liebre, segura de su victoria, se quedó dormida bajo un árbol. Cuando despertó, se dio cuenta de que la tortuga estaba a punto de cruzar la meta. Desesperada, corrió lo más rápido que pudo, pero ya era demasiado tarde. La tortuga, con su paso constante, había ganado la carrera.
Moraleja: La constancia y la perseverancia pueden superar la velocidad y la arrogancia. No subestimes a los demás, ni te confíes demasiado en tus propias habilidades.