CUENTO INFANTIL " LA PRINCESA Y EL PEQUEÑO DRAGÓN"

La princesa y el pequeño dragón 



 Había una vez, en un reino lejano, una princesa llamada Luna. A diferencia de las demás princesas, a Luna no le gustaba mucho quedarse en su castillo. En lugar de bordar y leer cuentos, prefería explorar los bosques, subir a las montañas y conversar con los animales.

Una mañana, mientras paseaba por el bosque, Luna escuchó un llanto suave. Siguiendo el sonido, llegó a un claro donde encontró a un pequeño dragón verde y brillante. El dragón, que apenas era del tamaño de un gatito, estaba atrapado en un arbusto espinoso.

—¿Por qué lloras? —preguntó la princesa con ternura.

—Estoy atrapado y no puedo salir —respondió el dragón con voz temblorosa—. ¡Los arbustos son muy fuertes para mí!

Luna, sin pensarlo dos veces, comenzó a desatar las ramas del arbusto y liberó al pequeño dragón. Él la miró agradecido con sus ojos brillantes.

—¡Gracias, princesa! —dijo el dragón—. Soy Drak, y soy el dragón guardián del Bosque de las Estrellas. Normalmente, soy grande y poderoso, pero un hechizo malvado me ha hecho pequeño y débil.

—No te preocupes, Drak —dijo Luna con una sonrisa—. Te ayudaré a romper el hechizo.

Juntos, la princesa y el dragón recorrieron el reino en busca de la fuente del hechizo. Preguntaron a las hadas, consultaron a los sabios y cruzaron ríos y montañas. Finalmente, un sabio búho les contó que el hechizo solo podría romperse con el "Cristal de la Amistad", un cristal mágico escondido en el corazón del Bosque de las Estrellas.

Luna y Drak llegaron al bosque, pero encontraron que el cristal estaba protegido por una barrera mágica que solo podría romperse con un acto de verdadera amistad. Luna, sin dudarlo, abrazó al pequeño dragón y dijo:

—Nuestra amistad es lo más fuerte que existe. ¡Juntos podemos superar cualquier obstáculo!

En ese momento, la barrera se desvaneció y el Cristal de la Amistad brilló intensamente. Drak comenzó a crecer y crecer, hasta recuperar su forma de gran dragón poderoso. Sonrió ampliamente y sus alas doradas brillaron bajo el sol.

—Gracias, Luna —dijo Drak—. Tu amistad ha roto el hechizo. Siempre seré tu amigo y protector.

Desde ese día, la princesa Luna y el dragón Drak vivieron grandes aventuras juntos, cuidando el reino y asegurándose de que todos, desde los animales más pequeños hasta las criaturas más grandes, vivieran en paz y armonía.

Y así, el reino floreció bajo el cuidado de la valiente princesa y su fiel amigo dragón, demostrando que la amistad es la magia más poderosa de todas.

Fin.

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